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CENTENARIO OSASUNA

La gravísima lesión de Adolfo Pérez Marañón ante el Athletic en 1959

El futbolista de Olite fue uno de los baluartes del centro del campo rojillo en la década de los años 50 en Primera división.

Adolfo Pérez Marañón en la sede de Osasuna veteranos. Navarra.com
Adolfo Pérez Marañón en la sede de Osasuna veteranos. Navarra.com

Adolfo Pérez Marañón (31 marzo de 1935, Olite) sería ahora nuestro Oier Sanjurjo o nuestro Patxi Puñal. Jugador de calidad y carácter, baluarte del centro del campo en los años 50 en el campo de San Juan. Internacional con la selección española B en 1958 jugando la Copa del Mediterráneo con 23 años. Jugó en Osasuna seis campañas (1954-60) con un ascenso a Primera en 1956.

El 11 de enero de 1959 sufrió una fuerte lesión en el riñón por una durísima entrada del meta del Athletic Carmelo en el campo de San Juan. Fue el prolegómeno del 1-8 final donde no había sustituciones y los rojillos terminaron con diez ante la “máquina” bilbaína que no perdonó. Algo parecido a lo que le sucedió a Chimy Ávila salvando las distancias.

El Athletic se adelantó con un 0-3 al descanso. El propio Marañón marcó el 1-3 nada más comenzar el segundo tiempo, y en la jugada de posible 2-3 fue “cazado” por Carmelo en una salida con los dos pies por delante. El navarro sufrió una herida en el riñón y fue trasladado de inmediato a una clínica. No hubo tarjeta roja para el portero.

En la prensa navarra manifestó días más tarde: “No sé más que sentí un gran dolor en el vientre. Pasé muy mal rato en el vestuario hasta que llegó el taxi para traerme a la clínica”. A la vez que agradecía el trabajo de los doctores Huder y Aldaz. Acerca de si hubo intencionalidad, indicó: “Eso no lo puedo suponer nunca. Creo que fue una mala suerte como puede pasar a cualquiera. Yo no me di cuenta de nada”.

Adolfo Pérez Marañón en la sede de Osasuna veteranos en 2017.

“La lesión afortunadamente no tendrá trascendencia. Pero ya te digo que ha sido una circunstancia, un momento de mi vida que debo entenderlo como una lección para el porvenir. Piense usted en ese porvenir si hubiese quedado inútil para el fútbol”.

Acerca de si ha tenido alguna oferta para la siguiente temporada, indicó: “Sí, varias. Entre ellas alguna de bastante importancia. Pero todo eso son ya cuestiones mías. De momento lo importante es que me ponga bien. He tenido la desgracia de lesionarme cuando mejor estaba jugando. Por lo menos eso creo”. Marañón ya no jugó en el resto de la temporada, pero sí la siguiente campaña con Osasuna (1959-60).

Posteriormente, jugó tres temporadas en el Real Oviedo en Primera división, otras dos en el Langreo en Segunda división, una más en el Levante en Primera, y la última (1965-66) en el Rayo Vallecano de Segunda división.

Posteriormente, Marañón fue entrenador del Tudelano y participó en la asociación de veteranos de Osasuna, donde fue presidente desde junio de 2004 hasta 2017. Fue nombrado presidente de honor en 2018 y recibió un homenaje de los veteranos el 17 de enero de 2020 en la sala de cultura de Olite.

Hubo anécdotas irreproducibles como la primera maleta del homenajeado o la conciliación familiar cuando el futbolista pasaba cuatro días de viaje cada semana, si no la semana entera. También entrañables, como la de Adolfo provocando las iras de su padre y su abuela, que le prometió dejarle sin cena al marcar un gol al Erriberri con la camiseta de la Peña Sport. Al final, cenó porque ganaron los de Olite.


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La gravísima lesión de Adolfo Pérez Marañón ante el Athletic en 1959