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OSASUNA

Daniel Zariquiegui, una larga trayectoria como directivo y delegado de Osasuna

Su carácter amable y dicharachero le hizo una persona muy querida por todos los que le conocieron en el club rojillo.

Daniel Zariquiegui saluda a los jugadores del Real Madrid en el homenaje recibido en El Sadar. Cedida.
Daniel Zariquiegui saluda a los jugadores del Real Madrid en el homenaje recibido en El Sadar. Cedida.

Osasuna guarda descanso este fin de semana, antes de visitar al Real Betis el próximo 3 de abril a las 16,15 horas en el estadio Benito Villamarín. Los rojillos afrontan un plácido final de liga con 38 puntos después de la victoria sobre el colista Levante (3-1) en El Sadar.

Es momento para recordar, en este repaso a las personas y hechos destacados del centenario rojillo, a Daniel Zariquiegui, árbitro internacional, directivo y delegado de Osasuna durante 23 años, que dejó un gran recuerdo entre quienes le conocimos.

Daniel Zariquiegui Izco nació en Pamplona el 9 de octubre de 1924. Ha sido durante muchos años el mejor árbitro navarro de fútbol con un historial envidiable hasta los años 70 cuando se retiró. Posteriormente, fue directivo y delegado de Osasuna donde solo dejo amigos por su carácter positivo y alegre.

Debutó como árbitro en Primera División en un partido entre el Málaga y el Lérida disputado el 17 de septiembre de 1950, cuando tan sólo contaba 25 años de edad. Su ascenso fue meteórico; en cuatro temporadas pasó de pitar en tercera división a hacerlo en categoría internacional.

Zariquiegui comenzó su labor arbitral en la temporada 1948-1949, y mantenía el récord de partidos dirigidos, con 248, en Primera División. Pasó de Tercera a Primera división en tan sólo cuatro años, fue internacional desde septiembre de 1951 hasta 1970.

Arbitró en Primera División durante veinte temporadas, llegando a dirigir 248 encuentros, un récord que solo superó Mejuto González en 2009 y posteriormente el navarro Undiano Mallenco. Fue el árbitro más joven de Primera División en su época y durante muchos años el que más partidos dirigió en la historia del Campeonato Nacional de Liga.

Árbitro con categoría de internacional desde el 1 de noviembre de 1951, fue el primer español en dirigir un partido de fútbol en la extinta Unión Soviética. También fue el primer árbitro español en cruzarse en el camino de Pelé, como árbitro. Fue el primer árbitro español en pitar en el campo de Wembley y en Moscú.

Su última temporada como árbitro de primera división fue la 1969-70 con la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Barcelona el 30 de mayo de 1970. Podía haber seguido una temporada más, pero perdió la ilusión después de un problema con Plaza, presidente del colegio de árbitros.

"Mi meta era la de ir a un Mundial y después de la zancadilla que me pusieron perdí la ilusión. Para ir a un Mundial hay que tener buenos padrinos. Yo siempre me he quedado en puertas. No continúo por no dar la impresión de ir mendigando por los campos de fútbol", aseguró en la prensa navarra en agosto de 1970.

Fue objeto de varios homenajes, entre ellos hay que destacar el partido que se jugó el 3 de diciembre de 1970 en El Sadar entre una selección Navarra y el Real Madrid (2-0).

Tras su retirada del mundo del arbitraje se unió a la directiva de Osasuna, en la que permaneció a lo largo de 23 años: desde 1971 hasta 1994. Al mismo tiempo desempeñó la labor de delegado de equipo. Llegó a Osasuna de la mano del presidente Emilio García Ganuza el 29 de abril de 1971.

Entró a formar parte de la junta directiva del club navarro y siguió en ella cuando Fermín Ezcurra, el 26 de noviembre de 1971, accedió a la presidencia. El 26 de agosto de 1994 presentó su dimisión, por problemas de salud, al entonces presidente Javier Garro.

Fue el delegado perfecto por su manera de ser. Siempre alegre, simpático y dispuesto a ayudar. Amable con todos, incluso con la prensa. Dicharachero, le gustaba contar anécdotas, se llevaba muy bien con los jugadores y tenía mucha mano izquierda.

En algunos partidos jugados fuera de Pamplona donde hubo problemas con el público era el primero en dejar que los periodistas se subieran al autobús del equipo para evitar problemas mayores, como por ejemplo una vez en el antiguo Luis Sitjar ante el Mallorca.

Pedro Mari Zabalza, ex jugador y exentrenador de Osasuna lo recuerda con mucho afecto: "Tengo la suerte de haber disfrutado de él como árbitro y luego como directivo y delegado del equipo en mi época de entrenador. Sabía convivir con los jugadores, les llevaba el aire fenomenal, animaba los viajes... Era el delegado perfecto", aseguró a la prensa navarra.

De la misma opinión era Fermín Ezcurra que aseguró en 1999 a la prensa navarra: "Su forma de ser era alegre, dicharachera, era de las personas que encajo perfectamente en el cargo de delegado".

"En los momentos bajos él servía de revulsivo con sus chistes. Fue un directivo muy eficaz. A lo largo de su vida se ganó muchas amistades, y a cualquier campo que ibas le conocían desde los porteros al presidente". 

Recordamos una anécdota real que sucedió en un partido Cádiz - Osasuna. En el descanso del partido le 'ordenó' al directivo Mariano Lachén ir a Jerez de la Frontera en un taxi para sacar las tarjetas de embarque para el vuelo de vuelta a Madrid, que debían tomar después del partido. "Así trabajan un poco", aseguraba con una sonrisa.

Además de su labor como árbitro, su trabajo era atender a los clientes en la tienda 'Deportes Zariquiegui', la más antigua de la Pamplona situada en la calle Mayor de la capital navarra y que ahora dirige su hijo Patxi.

Su peor momento en Osasuna fueron las críticas que recibió al decir públicamente en radio y televisión que el partido Osasuna - Real Madrid (1-0) del 28 de enero de 1989 estuvo bien suspendido en El Sadar.

El comportamiento violento de una parte de la grada arrojando, entre otros objetos, un tornillo de grandes dimensiones, obligó a que el árbitro suspendiera el partido en el minuto 43 de la primera parte. El encuentro se reanudó en Zaragoza a puerta cerrada. El Sadar fue clausurado por tres partidos con duras declaraciones de Zariquiegui hacia los causantes del cierre.

 "Todo me parece mal porque se trataba de un encuentro que lo habíamos encarrilado, que lo ganábamos con normalidad, que no había producido incidente alguno en el terreno, ni tarjeta alguna. Como aficionado puedo decir que nos merecemos esto. No hay derecho", aseguró en la prensa navarra.

Después de las críticas recibidas manifestó: "He decidido quedarme al margen. Para experiencia, ya vale una. No voy a propiciar, de nuevo, interpretaciones. Ni nadie conseguirá que sea sorprendida, otra vez, mi buena fe. Las cosas han estado demasiado revueltas". Hasta la asamblea de socios pidió su dimisión, pero Fermín Ezcurra lo mantuvo en su cargo de delegado.

Fue el primer árbitro español en pitar en el estadio de Wembley (Inglaterra-Suiza) y en Moscú (Torpedo-Inter). En su currículum también figura que fue profesor del colegio navarro de entrenadores durante quince años y profesor en el colegio navarro de árbitros durante diecisiete.

En 1994 dejó su labor de directivo y delegado por problemas de salud. Le sustituyeron como delegado Patxi Iriguíbel y hasta hoy Iñaki Ibáñez. Una larga enfermedad se lo llevó el 18 de octubre de 1999 a los 75 años de edad. Casado con María Guadalupe Asiáin, Zariquiegui dejó seis hijos: Patxi, Marilu, Daniel, Juan Pablo, Anabel y Fermín.


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